¿Contar o no contar los cuernos? ¡Ahí está el dilema!
Si Shakespeare estuviera vivo y hubiera estado en una relación en la época de las redes sociales, probablemente su obra más famosa sería «Romeo y Whatsapp». Y es que, con tantas facilidades tecnológicas para meter la pata, la eterna pregunta que se nos plantea es: si pongo los cuernos, ¿debo contarlo?
* Los Pro de Contarlo:
Desahogo personal: Dicen que la verdad libera. Claro, y también puede liberarte de tu pareja, de tu sofá y hasta del perro. Pero al menos te quedarás con la conciencia tranquila, ¡aunque duermas en el sofá del salón!
Terapia de parejas 2×1: Si antes tenías que inventarte problemas para ir a terapia de pareja y justificar el gasto, ¡ahora ya tienes uno de verdad!
Fomenta la sinceridad: Y quién sabe, quizá tu pareja te confiese que él o ella también puso los cuernos, y podéis hacer un club de intercambio de experiencias. «El Club de los Cuernudos», suena bien, ¿verdad?
* Los Contras de Contarlo:
Efecto boomerang: Si bien es cierto que contar la verdad puede liberarte, también es cierto que puede volverse en tu contra. ¡Ojo con los objetos voladores no identificados cuando se lo cuentes!
Riesgo de ser el chismorreo del vecindario: Prepárate para ser el culebrón del año. «¿Has escuchado lo de [tu nombre]?». Ah, y olvídate de ir a la peluquería; serás la comidilla durante semanas.
El arte de recordar: Si decides no contarlo y seguir adelante, tendrás que recordar todo lo que hiciste y dijiste para no meter la pata. Es como jugar al «Simón Dice», pero en modo experto.
Conclusión:
¿Contar o no contar? Como ves, tiene sus pros y sus contras. Pero recordemos, poner los cuernos no es como elegir si tomarte un helado de chocolate o vainilla. Es una decisión que puede cambiar muchas vidas. Así que, antes de actuar, piensa en las consecuencias, ¡y no solo en las que te den gustirrinín!
P.D.: ¡Y por si acaso, compra un casco antes de confesar!
Es importante recordar que el respeto y la fidelidad son fundamentales en una relación. La infidelidad puede tener consecuencias devastadoras para ambas partes involucradas. Este artículo se presenta con un toque de humor, pero es un tema serio que debe tratarse con madurez y responsabilidad.
Tal y como dijo Eduardo Alighieri: «El amor no duele, duele el desamor, la desilusión, el engaño y la infidelidad. No te decepciones del amor, sino de quien fue amado por ti y no lo valoró».