El complicado mundo del escritor

Si estás pensando en escribir un libro porque se te da bien, tienes un don y crees que tu historia va a gustar a tus posibles futuros lectores, ¡enhorabuena!

Por ahí se empieza y todo tiene un inicio, pero he de decirte que el camino que vas a recorrer no es sencillo. Es un trayecto precioso, eso sí, pero ya se sabe que donde hay rosas también existen las espinas, y son dolorosas, créeme. Vivirás momentos de alegría, de subidón y de felicidad máxima, pero también experimentarás la tristeza cuando recibas malas noticias, que siempre llegan, o cuando no te venga la inspiración y no puedas avanzar con la novela, o cuando veas que sigues en el mismo lugar que hace varios años y que no te caen del cielo el montón de ofertas y de proyectos que tú tenías pensado.

Estoy convencida de que tu historia vale la pena porque te lo has currado un montón, pero sin contactos no se llega demasiado lejos. Aunque ahora los escritores lo tenemos muchísimo más fácil a la hora de publicar un libro, ya que existen plataformas donde puedes hacerlos visibles sin la necesidad de que alguna editorial apueste y luche por ti y por tu carrera literaria.

Muchos me preguntáis qué es mejor, si publicar con editorial o autopublicar. Considero que las dos opciones son buenas y os recomiendo ambas, podéis probar y así ver los beneficios que ofrece cada una.
Publicar con una editorial está genial porque aporta confianza y profesionalidad. Sabes que tu trabajo ha pasado por varios filtros, que está bien corregido y que el resultado final es muy bonito y suele ser el deseado. A aquellos que crean que por el simple hecho de que una editorial te diga que «sí» ya tienes el éxito asegurado y tu carrera va a ir viento en popa, les tengo que advertir de que, lamentablemente, no es así.
No nos olvidemos de que las editoriales son empresas y lo único que buscan es ganar dinero; es decir, que suelen apostar por el caballo ganador e invertir sus esfuerzos utilizando la artillería pesada con aquellos escritores que venden un gran número de ejemplares. Con el resto de escritores no suelen invertir demasiado y es frecuente escuchar la típica frase: «Cuando me hagas ganar dinero, invertiré en ti y apostaré por ti».
Es más que probable que te publiquen solo en formato digital porque no les cuesta dinerito y no se quieren arriesgar demasiado contigo, así que del formato papel puedes ir olvidándote, no sea que no se vendan y se los tengan que comer con patatas.

Imagino que os estaréis preguntando: «Pero, si no apuestan e invierten en mí, ¿cómo narices voy a vender mi libro?». ¡Exacto! Ahí está tu mayor problema: la dichosa visibilidad. Tienes que ser visible, crear tu propia marca y tu tan necesaria comunidad, que serán los que te sigan, los que compren tus libros y los lean en unas horas. Los que irán a los eventos literarios para escucharte hablar y, al finalizar tu discurso, querrán que les firmes su ejemplar y se lo dediques tras haber hecho una larga cola hasta que les llegue su turno para poder darte un abrazo y haceros juntos la foto de rigor.
¿Y eso cómo se consigue? ¡Te digo desde ya que es muuuy complicado y que sin lectores no eres nada! Bueno sí, eres y serás un/a escritor/a el resto de tu vida, porque eso nadie te lo puede arrebatar, pero es posible que jamás ganes dinero ni te puedas dedicar en exclusiva a escribir, aunque sea tu gran pasión.

Has de saber que de cada libro que se vende el escritor se lleva aproximadamente un euro. Sí, un eurito… A medida que empiezas a restar el porcentaje que se lleva la editorial, la librería, tu agente literario si lo tienes, los impuestos… en fin, que al escritor y autor de la obra le quedan muchas veces las migajas del pastel. Cosa que no ocurre si decides autopublicar, ya que no hay que repartir entre tanta gente, pero claro, no tienes a nadie que respalde tu obra ni ponga su sello editorial en la portada de tu libro, y eso da prestigio, caché y queda genial en tu currículum.
Además, SIEMPRE hay que darle el toque profesional que todo libro se merece y ese servicio sale caro porque, antes de ser publicado, ha de estar perfectamente corregido, la portada es mejor que te la haga un diseñador gráfico para que cumpla con los requisitos necesarios y así llame la atención de los lectores y se convierta en un libro apetecible que despierte la curiosidad del comprador, siendo tu libro su elección de entre toooda la competencia, que no es poca.

Así que prepara el bolsillo porque te toca pagar, pagar y seguir pagando, pues tu página web debe ser la caña de España, puesto que, al fin y al cabo, ese es el escaparate de tu «tienda» donde la gente ve y ojea cuál es tu trayectoria profesional.
Según cómo, te convertirás en tu propia distribuidora teniendo ejemplares en papel en tu casa para poder ir enviando por mensajería (paga) tus libros dedicados a las personas que te los compran utilizando las redes sociales. Debes llevar ejemplares en papel cuando asistas a algún evento literario o a alguna feria para poder hablar de tu libro, darlo a conocer y promocionarlo. ¡Ah! y si tu sueño es ir a firmar a alguna feria importante, te advierto que también tendrás que pagar porque disfrutar de ese glorioso y maravilloso momento tiene un elevado coste. Los escritores que salen rentables van como invitados y tienen asignados los mejores lugares, pero tú, que no te conocen ni en tu pueblo, tendrás que pagar si te quieres codear con toda esa gente.

No te olvides de la formación que necesitas para aprender y convertirte en el escritor o en la escritora que aspiras a ser, ni olvides tampoco los gastos de publicidad, porque sí, te irás convirtiendo en un experto en Marketing sí o sí, o te tocará contratar a un Community Manager, que están tan de moda, pese a que algunos lo único que hacen es publicar una fotito en tus redes sociales una vez por semana y poco más… ¡Sigue soltando la pasta!

Los ejemplares que tienes en casa no han llegado ahí por arte de magia, ¡nooo! Te has tenido que buscar la vida encontrando una imprenta que no sea demasiado cara para poder imprimir al menos cincuenta libros y así tener la oportunidad de vender alguno, si es que los astros se alinean… ¿Y qué quiere la imprenta cuando finaliza su trabajo? Exacto, ¡cobrar!

También tienes la opción de contactar con una editorial o con una distribuidora que te ofrecerá el negocio de tu vida. Te publicarán tu obra maestra con la condición de que pagarás sus servicios vendiendo un cierto número de ejemplares. Es decir, hasta que no vendas los libros necesarios para saldar la deuda, no verás ni un euro de las ventas. Y, si no llegas al mínimo, tendrás que poner el dinero que falta hasta pagar el importe total de la factura.

Espero que tengas un oficio y un trabajo fijo porque, de lo contrario, no sé cómo vas a llegar a fin de mes. Y ni te cuento cuando se acerca la fecha de hacer la temida declaración de la renta… Prepárate porque te van a clavar una hostia al haber cobrado de dos sitios diferentes que no vas a saber ni de dónde te viene. Al ser un privilegiado que tiene dos trabajos, eso se merece un pequeño castigo y ¡te toca pagar!
Así que, el poco dinero que has ganado vendiendo algunos de tus libros, lo vas a invertir pagándole al Estado porque, como ya sabemos bien, Hacienda somos todos.
Aunque no lo parezca, no quiero desmotivar a nadie, ¡esa no es mi intención! Solo intento informar y asesorar.

Por desgracia, esta es la realidad que vivimos o hemos vivido muchos escritores, y te aseguro que no he exagerado ni le he añadido dramatismo para hacerlo más gracioso. Es muuuy difícil hacerse un hueco en el mundo literario porque hay mucha competencia. Es más fácil escuchar un «no» que un «sí», pero, si realmente crees en ti y en tu proyecto, ¡ADELANTE! ¡NO DEJES NUNCA DE INTENTARLO!

Y si te caes, te levantas dándote impulso, sacudes el polvo de tu ropa revisando la gravedad de tus heridas y vuelves al ataque con más fuerza, con más garra y con más seguridad y experiencia. Porque querid@s amig@s, cada caída, cada golpe y cada «NO», nos curte, nos nutre y nos enseña.

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