¡Alerta! ¡Alerta! Parece que esa poderosa hoguera de amor que una vez iluminó tu relación, ahora es más como una diminuta vela de cumpleaños, a punto de ser apagada por el viento (o por el aliento de la tía Angustias intentando cantar la canción del «Cumpleaños feliz» por enésima vez).
Pero no te preocupes, si sientes que la chispa está desapareciendo, aquí te planteo algunos consejos infalibles (y humorísticos) para reavivar la llama:
1. Simulad ser unos «Desconocidos»:
¿Recuerdas cuando acababas de conocer a tu pareja y todo era emocionante? Intentad tener una cita en la que ambos finjáis ser unos completos desconocidos. Quizá descubras que tu pareja tiene una nueva afición como coleccionar chapitas de refresco o que es un experto haciendo sonidos de animales con la boca.
2. Cambia la rutina:
Si tu cita romántica habitual implica ver series en el sofá con pijama y una bolsa de patatas, ¡sorpréndele! Pon una alarma a las 3 a.m. y despierta a tu pareja para tener una cita bajo las estrellas.
Si las estrellas no se ven porque vives en una ciudad con contaminación lumínica, o contaminación a secas… bueno, al menos podréis burlaros juntos de tu mal plan y, quien sabe, quizás hasta termine la cita con un poquito de buen sexo…
3. Aprended algo nuevo:
¿Qué tal recibir unas clases de baile? Pero no uno cualquiera, ¡un tango! ¿Existe un baile más sugerente que este?
4. Jugad a ser otra persona:
Intercambia roles por un día. Si siempre te quejas de que tu pareja no entiende lo difícil que es tu trabajo o tu rutina diaria, ¡permite que lo experimente! Puede que al final del día ambos estéis deseosos de volver a vuestros roles habituales, pero al menos tendréis unas cuantas risas (y un poco más de empatía).
5. Viaje sorpresa:
No tiene que ser un viaje a las Maldivas. Podría ser un viaje al parque local con un picnic improvisado. Si olvidas el mantel, siempre puedes usar las camisetas como sustituto. ¡Aventuras románticas aseguradas!
6. Deja notas inesperadas:
Escribe notas como: «Eres más dulce que la miel» y escóndelas en el bote de la miel. O «Te amo más que al café» y ponlo en la cafetera.
Aunque si tu pareja no toma café, puede que jamás encuentre la nota, pero es la intención lo que cuenta, ¿verdad?
Conclusión:
La llama del amor, al igual que una fogata, necesita ser alimentada regularmente. Y aunque a veces sientas que esa llama es más bien una velita que está a punto de extinguirse, con un poco de creatividad, humor y esfuerzo, ¡puedes avivar el fuego y hacer que brille más que nunca!
Y si todo falla, tendrás algunas anécdotas graciosas para compartir. ¡Suerte avivando esa llama!
Tal y como dijo William Shakespeare: «Si no recuerdas la locura en la que el amor te hizo caer… Es que no has amado».