En el complejo y variado mundo de las relaciones interpersonales, la pregunta sobre si es posible tener un amigo del sexo opuesto, (o del mismo, según sean los gustos o las necesidades), exclusivamente para mantener relaciones sexuales sin involucrar sentimientos románticos o expectativas de futuro, es un tema que suscita un amplio debate. En una sociedad donde las normas y las expectativas sociales evolucionan constantemente, la idea de mantener una relación puramente física con un/a amigo/a plantea interrogantes sobre la naturaleza humana, la intimidad y la posibilidad de separar el sexo del amor y la complicidad emocional.
En primer lugar, es importante reconocer que las relaciones entre personas de géneros diferentes pueden ser profundas, significativas y satisfactorias sin necesariamente involucrar una dimensión sexual. Amistades sólidas entre hombres y mujeres son comunes y pueden ser fuente de apoyo emocional, comprensión y crecimiento personal. Sin embargo, cuando se trata específicamente de establecer una relación sexual, las cosas pueden volverse más complejas.
Una de las principales razones por las que algunos consideran que mantener una amistad con beneficios sexuales con un amigo o amiga puede ser problemático, es la tendencia humana a desarrollar emociones más allá de lo físico. A menudo, el contacto íntimo y la intimidad física pueden dar lugar a sentimientos de apego, atracción emocional y, en algunos casos, incluso amor. Esto puede complicar la dinámica de la relación y llevar a malentendidos, celos o conflictos emocionales.
Además, el contexto cultural y social en el que nos encontramos también influye en nuestras percepciones y expectativas sobre las relaciones entre hombres y mujeres. A lo largo de la historia, se han establecido normas y convenciones que dictan cómo deben ser las relaciones románticas y sexuales, y estas normas a menudo presuponen la existencia de un vínculo emocional profundo entre las partes involucradas. En este sentido, la idea de una relación puramente sexual entre amigos puede desafiar estas convenciones y generar controversia o incomodidad.
Por otro lado, hay quienes argumentan que es perfectamente posible mantener una relación exclusivamente sexual, siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo y establezcan con todo lujo de detalles y con muchísima claridad los límites y las posibles expectativas de la relación. Según este punto de vista, la clave para que funcione este tipo de relación es la comunicación abierta, la honestidad y el respeto mutuo.
En una sociedad cada vez más abierta y diversa, las personas tienen la capacidad de definir y negociar sus propias relaciones de acuerdo con sus deseos y necesidades individuales. Para algunas personas, una relación exclusivamente sexual con un/a amigo/a puede ser una opción válida y satisfactoria, siempre y cuando se maneje con madurez y responsabilidad.
La cuestión de si es posible mantener una amistad para disfrutar de una sexualidad basada en la confianza, en el respeto y en la complicidad, es subjetiva y depende de las circunstancias individuales de cada persona y de la naturaleza de la relación en cuestión. Lo que puede funcionar para algunos, puede no funcionar para otros, y es importante respetar la diversidad de experiencias y opiniones en este tema.
Formulo una pregunta y ahí la dejo: ¿Por qué está bien visto quedar con los amigos/colegas para ir a tomar unas cañas, o ir a cenar, o ir de excursión, o salir de fiesta, practicar algún deporte, pero no se puede/debe quedar para dejar volar la imaginación y echar un pedazo de kiki de esos que te dejan las piernas temblando durante varias horas? Si ambos quieren y desean lo mismo, tienen las cosas claras, ninguno anhela enamorarse, ni escuchar las palabras «te quiero», ni pensar en una relación formal, ni que le prometan un amor eterno que seguramente estará llenito de cuernos e infidelidades… Si los dos quieren lo mismo; que es disfrutar del cuerpazo que tiene su amigo/a y sentirse de lo más afortunados por tener la confianza necesaria para haber dado ese paso tan importante al haber encontrado a alguien que es muuuy afín y que los dos disfrutan haciendo exactamente lo mismo, ¿dónde está el problema?
Exacto, el problema es que hemos sido adoctrinados, ya no digo educados, y nos han explicado desde bien pequeñitos cómo debe ser nuestra vida de pareja, qué es lo correcto, lo normal y lo socialmente aceptado. Y si no piensas igual que la gran mayoría… pues te toca ser un infeliz el resto de tu vida por no poder disfrutar de una sexualidad tal y como tú deseas, o bien tendrás que vivir dicha sexualidad en secreto, sintiéndote un/a inadaptado/a por ver o hacer las cosas de diferente manera a la gran mayoría e incluso sentir que eres un/a depravado/a sexual.
En conclusión, el debate sobre la posibilidad de mantener una relación exclusivamente sexual con un/a amigo/a plantea preguntas fascinantes sobre la naturaleza humana, la intimidad y las normas sociales. Si bien algunas personas creen que es factible, siempre y cuando se establezcan límites claros y se mantenga una comunicación abierta, otros consideran que las emociones humanas son demasiado complejas para separar completamente el sexo del amor y la conexión emocional.
En última instancia, la respuesta a esta pregunta puede variar según las experiencias individuales y las creencias personales de cada individuo.
Tal y como dijo C. Pol: «La sexualidad no es un tema tabú. La cultura del placer y de la sensualidad, es parte inherente de la personalidad, pero cuando se la enmarca desde la rigidez, se convierte en trauma».