Si es así, te sentirás identificada con este artículo.
En un mundo donde las redes sociales dictan las normas de belleza y cada selfie es una batalla, mantenerse siempre en la cima del Olimpo de la perfección es una odisea digna de Homero.
Aquí os cuento cómo es un día en la vida de aquellas valientes que se empeñan en estar siempre estupendas, divinas y guapas.
06:00 a.m. – El Despertar del Fénix: El despertador suena y comienza la transformación. Nada de levantarse con el pelo alborotado y ojeras hasta las rodillas; aquí nos levantamos con glamour, incluso si eso significa poner el despertador media hora antes para peinarnos y aplicar un poco de corrector.
07:30 a.m. – El Desayuno de las Campeonas: Olvídate de las tostadas con mantequilla. Nuestro desayuno es una obra de arte nutricional: smoothies verdes, tostadas de aguacate y, por supuesto, una foto para Instagram. ¡Que no se diga que no comemos con estilo!
09:00 a.m. – La Batalla del Transporte Público: Armadas hasta los dientes con nuestro maquillaje retocado y el outfit del día cuidadosamente seleccionado, nos enfrentamos al Metro. Conseguir mantener la compostura entre empujones y frenazos es todo un arte digno de un equilibrista del Circo del Sol.
01:00 p.m. – El Ritual del Retoque: Llega el momento crucial del día. Retocar el maquillaje en el baño de la oficina sin que nadie se de cuenta. Un minuto más, un minuto menos, y podríamos acabar pareciendo un cuadro abstracto más que una obra de Da Vinci.
07:00 p.m. – El Gym, ese Templo de Sudor y Lágrimas: Aquí no hay excusas. El gimnasio es nuestro segundo hogar. Eso sí, con estilo. Nada de sudaderas viejas; aquí entrenamos con las últimas tendencias en ropa deportiva, porque nunca sabes cuándo puede surgir una oportunidad para un selfie perfecto.
10:00 p.m. – La Cena y el Arte del «Foodie»: Cenar no es solo alimentarse, es un evento social. Elegir el restaurante perfecto, la comida más fotogénica y, cómo no, compartirlo en las redes. Porque si no lo posteas, ¿realmente ocurrió?
12:00 a.m. – El Descanso de los Justos: Finalmente, después de un día de estar impecables, nos desmaquillamos (tres veces, por supuesto) y nos aplicamos nuestra rutina de skincare de 10 pasos. Porque mantenerse divina es un trabajo de 24 horas.
En Resumen: Estar siempre estupenda, divina y guapa es un reto diario. Requiere dedicación, esfuerzo, y una cantidad alarmante de productos de belleza. Pero, ¿sabes qué? A pesar de todo, ¡nos encanta! Porque al final del día, la verdadera belleza está en la sonrisa de satisfacción al mirarnos al espejo y pensar: «Misión cumplida».
Tal y como puse yo el otro día al rellenar un documento: «Estado civil: CANSADA»