¿Qué cosas inspiran a Ariadna Tuxell?

Los personajes que habitan mis relatos llevan vidas sencillas y enfrentan problemáticas muy cotidianas, lo que aporta realismo y credibilidad a las situaciones que viven. Cualquier circunstancia un tanto anómala que pueda dar pie a una gran historia es una fuente de inspiración para mí.

A menudo digo que me gusta «maltratarlos», haciéndoles enfrentar innumerables peripecias, en su mayoría relacionadas con el amor y el desamor. Creo que el amor mueve el mundo y, ¿quién no ha hecho alguna locura por estar enamorado o simplemente al sentir esas mariposas en el estómago que nos hacen perder la cordura, el juicio y hasta nublarnos la mente?

Pienso que todo tiene una fecha de caducidad, y, para bien o para mal, el amor no es una excepción. Imagino que pensar así motiva las múltiples historias que viven mis personajes (algunas bastante disparatadas), mientras me permite abordar con humor ciertos temas delicados. Es bien sabido que es bueno reírse incluso de uno mismo…

En mis libros no encontrarás tabúes, ni temas prohibidos, ni falsa moral, ni prejuicios sobre lo que es correcto o no. Al escribir, sigo lo que me dictan mi criterio y mi sentido común.

Mis protagonistas «viven», con todo lo que esta palabra implica. Se dice que, si hay que arrepentirse de algo, mejor que sea de haberlo hecho y no de no haberse atrevido. Lo que es políticamente correcto no siempre coincide con lo que nos gustaría hacer y, de vez en cuando, permito que algún personaje cruce esa línea roja y se arriesgue.
¿A quién no le gusta vivir al límite, aunque sea una vez en la vida? No nos engañemos: lo prohibido atrae y, a veces, es necesario visitar el infierno para valorar lo que disfrutamos en nuestra cómoda rutina.

Mi deseo es que muchas personas descubran y lean mis novelas. Es el legado que dejo y que perdurará incluso cuando ya no esté. En todas ellas relato vivencias, algunas cargadas de la sabiduría que los años —y la experiencia— me han otorgado. En ocasiones, de la manera más amable y, otras veces, con menos tacto y compasión. Pero todas han sido esenciales para mi desarrollo personal en este duro aprendizaje llamado vida.

Mi inquieta mente no para de imaginar nuevos personajes y tramas donde les ocurran cosas dignas de narrar en un libro. Muchas historias provienen de seres queridos o simplemente conocidos que me han inspirado.

Todas mis novelas contienen mucho de mi verdad, y en general, mis protagonistas se asemejan mucho a mí. Con mis libros, mi único propósito es entretenerte, hacerte sonreír e incluso reír. Espero emocionarte hasta el punto de que alguna lágrima inesperada brote y que, al leer la palabra «fin», exhales un suspiro por haber disfrutado de la lectura durante los días que te ha llevado terminarla.

Tal y como decía Elbert Hubbard: «No te tomes la vida demasiado en serio, total, no saldrás con vida.»

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